martes, 23 de febrero de 2010

LAS FORMAS DE PROCEDER


El horror es siempre del instante, porque surge una coincidencia de seres o de situaciones que no concuerdan. Y ahora es horror del anacronismo de un ayuntamiento mágico en el que hemos recaído después de haber llegado a la plenitud de un pueblo modelado por el logos. El pueblo que precede al descubrimiento del pensar- del ser y de la identidad- aspira a ese descubrimiento y lo anuncia entre bastidores.

La situación de hoy es más intrincada porque la reaparición de ese ayuntamiento mágico se verifica en lo que respecta al contencioso-administrativo que presenta El Cuervo ante la Audiencia Nacional, respecto al trazado de la futura autovía, sin haberse debatido en el pleno del mismo.

El señor alcalde teniendo la potestad que le confiere la ley eleva el recurso en nombre del ayuntamiento de El Cuervo, pero lo hace infrigiendo la norma fundamental de la democracia, la soberanía popular reside en el pueblo, y la soberanía de un pueblo, la representación legítima y democrática de los designios de un pueblo son atribuciones conferidas de forma explicita al pleno de la corporación, el único que representa en su expresión inequívoca al pueblo.

El equipo de gobierno puede llevar a pleno los puntos que crea convenientes, no incluir aquellos que le sean desfavorables en su resolución final por la alquimia política y el equilibrio de fuerzas, pero lo que no puede hacer es cercenar los derechos de la ciudadanía refrendada por toda la corporación política elegida libremente en las urnas.

Dictar y ejecutar resoluciones injustas sabiendo que son injustas tiene un nombre, la defensa de los intereses de un pueblo no se pueden anteponer a la conciencia y el conocimiento del mismo.

Si la oposición en el consistorio cuerveño es conocedora de este tipo de artimañas legales pero nada democráticas, estará incurriendo en la misma ofensa a la ciudadanía, si por el contrario lo desconoce (cosa poco probable), deberá pedir explicaciones de forma inmediata para restablecer la honorabilidad al tan denostado ejercicio de la política, y sobre todo para reparar los derechos de aquellos que no debieron perderlos nunca.

No hay comentarios:

Publicar un comentario